viernes, 3 de diciembre de 2010

50% Veg



Aquí me encuentro sentada en mi silla, bajo la luz de la luna, y de mis luces de LED y de mi lámpara de Argos, bebiéndome mi amado té de Lemon & Ginger. Y es que trato de entrar en calor porque las temperaturas fuera de nuestro pequeño oasis hogareño se están empezando a hacer insoportables. Ha llegado un punto en el que la estética deja de ser algo importante y ya las capas de lana gorda se acumulan una encima de otra, no importa del color que sean. De hecho mi mejor amigo ahora mismo es un gorro orejero, el cual acompañado de mi enorme abrigo verde, parezco una niña pequeña a la que hay que darle un caramelo. Pero me da lo mismo, porque las orejas duelen del frío y prefiero no tener neumonía.

Después de más de dos meses haciendo la compra casi a diario en este país, voy viendo de qué pie cojean los británicos. Para empezar, las cosas frescas parecen ser más naturales que las españolas, que no significa que sean más sabrosas o mejores, sino que llevan menos conservantes y por lo tanto, sólo tienen unos pocos días de caducidad. En el caso del pan de molde, si bien recuerdo, es de tan solo 3 días. Hablando del pan de molde, aquí no existe lo del pan sin corteza. La opción más acertada para actuar frente a la inminente degradación del pan es por tanto, meterlo en el congelador e ir cogiendo rebanadas tal cual se vaya necesitando. Y no sólo el pan caduca, todo lo fresco, patatas, cebollas, etc, se estropea a una velocidad vertiginosa por algún extraño motivo. Probablemente por el grado de humedad en el ambiente, pero me tiene anonadada que una patata se haya puesto pocha en una semana, cuando en Madrid, más bien lo que ocurre es que le empiezan a salir nuevos brotes, eso sí, tras 4 semanas at least.

El problema número dos es que no tienen salsa de tomate, tomate frito, tomate Orlando, NO TIENEN. Todo ser español que conozco viviendo en estas tierras, yo incluida, hemos probado todas las variedades disponibles en Tesco, Sainsbury's o Morrisons y nada se le parece. Gran inconveniente porque es horrible cocinar pasta usando tomate pelado con olivas, o tomate triturado insulto o con concentrado de tomate, que es tomate en formato de pasta de dientes.

El tercer inconveniente es que aquí lo malo, es muy malo. En España recuerdo perfectamente comprar la marca blanca de Carrefour, sin absoluto problema, porque sabe igual que cualquier otra marca mucho más cara. En este país, si te arriesgas a comprar el producto Value, te arriesgas a comprar basura muy seria. Se nota mucho mucho y yo creo que no debería.

La cuarta estafa británica es el Washing Up Soap, o el Fairy, para entendernos. Compra cualquier otra marca que no sea Fairy, y te encontrarás con que tienes que echar medio bote para fregar una simple sartén. Recuerdo en España los anuncios de jabón para platos, que te dicen que con sólo una gota vale. Y en este caso, compraras Fairy, Mistol o Carrefour, lo de la gota se cumple. Pero aquí no. El jabón barato no limpia, queridos. Ya decía yo que no me daba alergia en las manos. Normal. Tampoco limpia.

Después de cuatro inconvenientes, no todo lo que tengo que decir sobre las groceries británicas es malo. Los estudiantes o pequeños trabajadores con frecuencia buscamos la zona de productos rebajados, inexistente en España y que suele tener pequeñas gemas valiosas. No deja de ser el lado del estante con los productos que caducarán mañana y muchas veces no interesan por ser platos preparados de alto contenido calórico, pero un dia te encuentras que el pan, un buen Warburtons Seeded Batch Loaf, que suele costar 1.50 pounds te lo han puesto a 0.45 porque caduca mañana. Gracias Tesco, compraré dos y los congelaré. Otras veces no es que el producto caduque mañana, sino que la lata está golpeada. Pues también lo rebajan. En Madrid recuerdo como tiraban las mermas a la basura. Una pena.

Y cuando te pensabas que en Londres no había nada barato, te encuentras en el barrio de Angel, un restaurante indio 100% vegetariano con buffet libre por 3.95 libras. Gracias Londres, salvaste mi noche. Que por cierto, ya he descubierto el secreto de toda comida india. Garam masala y leche de coco. Pero todavía no estoy dispuesta a ser vegetariana.


Por cierto, el miércoles, mi primer dia oficial de laboratorio. Después de escribirnos por email con el técnico del lab, Sri Lankense de origen, acudimos al laboratorio general de polímeros para tomar el peso de nuestros componentes para el trabajo y realizar una serie de test. Ya os he hablado con anterioridad de la antigüedad de los edificios de la London Met, pero donde se puede ver y confirmar, sin duda es en los laboratorios.




De nuevo ese olor del primer dia de clase. Olor a mueble viejo, a castillo, a Harry Potter (¿?¿), y empiezas a ver las encimeras de madera (!!!!), los cajones, las fotografías de las paredes, los póster y las fechas de fabricación de las máquinas y piensas.. Oh la la. Y es lo malo y lo bueno de la London Met, que un dia te encuentras un rincón hiperhistórico de principios de siglo, unos baños que parecen del Intenado y otro dia te pierdes por los pasillos pensando, sí sí, qué bonito, pero como un dia haya un incendio, no voy a saber salir de aquí.

1 comentario:

  1. ummmm..eso de que se apochen en un plis plas...también les pasa a las momias en cuanto dejan su encierro dorado y pasan a la dura atmósfera...700 km más abajo las cosas de aldea (100% ecológicas) sobreviven tan ricamente encima o debajo de un fogón o invernan tranquilamente colgadas en el "fallado"..esperando la cazuela oportuna...no sé..a lo mejor esa frescura de los productos es diferente... pero ví el otro dia un reportaje de unas adorables manzanas conservadas todo un año en una cámara carente de oxígeno...¡¡¡con una pinta divina ¡¡¡...luego seguramente se les caen los años encima y en tres dias "caput"..en fin abrígate ..¡¡¡el invierno no entra hasta el día 21¡¡bsss

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